Día de la mujer: Las mujeres en Perú han sido agredidas por pedir justicia y democracia para su país

Escribe: Laura Arroyo. Periodista.


Aída Aroni, Guillermina Mamani, Yaneth Navarro, Yolanda Enríquez, Nancy Crispín… son todos nombres de algunas de las muchísimas mujeres que han sido agredidas por la dictadura de Boluarte, solo por pedir justicia y democracia para su país.
La semana del 8 de marzo, las mujeres peruanas demócratas somos muy conscientes de que ninguna dictadura es feminista; ni ninguna política de violencia lo es.

A Aída Aroni la maltrataron efectivos policiales y está bajo investigación fiscal, pese a no participar en ningún disturbio. Fue detenida tan solo por ondear una bandera:
«¿Dónde está el pueblo?, ¿Dónde está? Yo le voy a decir acá a Dina. Y si dice que habla, que habla de quechua, por favor, en nombre de Dios, Dina (traducido del quechua): Desde que te has encontrado con Otárola, has hecho llorar a tus paisanos, has asesinado. ¡Cuánta sangre estás derramando! ¿Es por plata? ¿Qué cosa es lo que quieres?, ¿Qué cosa haces con todos los ministros?, ¿con todas esas ratas que se sientan en el Congreso? ¡Comen con la plata de los pobres! ¿Acaso ustedes no se dan cuenta? ¡El pueblo los pone y el pueblo los puede sacar!”.

A Yaneth Navarro le han dictado treinta meses de prisión preventiva, solo por llevar 1,900 soles para colaborar con quienes ejercen su derecho a la protesta. El argumento utilizado por la fiscal, para esta absurda decisión, es que al no estar con sus hijos demuestra un desarraigo familiar; un argumento machista enunciado desde el sistema judicial que es actualmente el brazo legal más útil para la dictadura; un argumento machista, porque jamás sería utilizado si se tratara de un hombre.

Yolanda Enríquez, junto con su hija, Nancy Crispín, fueron detenidas durante la toma de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. A ambas, junto con otros más de 190 peruanos, los detuvieron solo por estar en Lima, vejando así su derecho a movilizarse. El carácter racista de estas detenciones, pero también su violencia, fue evidente. Yolanda temió por su vida, como ella misma señala. Y todos oímos cómo la callaron (¡Cállate! ¿Te estoy diciendo que te calles!) y la humillaron, cuando le quitaron un caso con el que quería cubrirse la cabeza.

Guillermina Mamani pasó días en las calles, fuera del lugar en el que a su hijo, Cirilo Jara, lo procesaban por portar poco más de 2 mil soles para colaborar con las movilizaciones:
(Audio traducido del quechua: “¡Esta ciudad antes que amanezca va a ser tragada, va a ser tragada! ¡No estamos quejando con dios! ¡Mi hijo no es un ladrón! Por eso estoy en esta ciudad. comiendo y sin comer. Ustedes son con corazón de piedra. ¿Son ustedes autoridad?, ¿Son ustedes los que hacen justicia? Ustedes son los que calumnian a mi hijo. Ustedes lo han encerrado y pido que lo suelten. Todo el pueblo conoce a mi hijo, mi hijo no es un ladrón, no ha hecho nada. Por favor, suelten a mi hijo. ¡Hágannos valer!). (Reproducción del video de la periodista Jacqueline Fowks).
A diferencia de Navarro, que por ser mujer se enfrentó a una «sentencia aleccionadora patriarcal», a Jara se le permitió salir en libertad con restricciones. Su madre, Guillermina, se llevó la peor parte, al ser impedida de siquiera verlo durante días.

El jueves que pasó, llegaron a Lima nuestras hermanas aymaras, para continuar las protestas contra la dictadura; muchas de ellas iban acompañadas de sus hijos e hijas en las espaldas, debido a que las mujeres son las principales cuidadoras de sus hogares; y ejercer sus derechos democráticos, supone muchas veces el acto legal de ir con tus hijos. La policía perversa no dudó en dispararles bombas lacrimógenas a sus cuerpos, sin pensar en la salud, ni de las hermanas aymaras ni de sus hijas.
La respuesta del gobierno fue de vergüenza. Si a esta dictadura y a ese ministerio de la mujer les importara la vida de niños y adolescentes, nunca hubieran optado por la violencia, como pasó. ¿O hemos olvidado cómo detuvieron en San Marcos a una madre con su hija de 7 años y las tuvieron detenidas durante más de diez horas? Ahí el ministerio de la mujer no dijo absolutamente nada.

Ayer, en Juli salieron a manifestase, debido a la violencia con la que trataron a nuestros hermanos en Lima. El gobierno nuevamente apostó por la violencia. Se reportan 16 heridos de momento; agresiones desde el poder, que nunca acaban en el Perú de Boluarte.
Cualquier gobierno que se sostiene por la violencia, es un gobierno ilegítimo.
En el caso de Boluarte, además, la violencia es ejercida de manera racista, clasista y colonial. Se detiene arbitrariamente por tu procedencia; se condena machistamente y se reprime más violentamente en algunos lugares que en otros y contra algunos sujetos y no otros, como a «La Pestilencia», que genera desmanes a diario y son aplaudidos por la policía.

Las mujeres somos víctimas de esa violencia. Además, serán también las mujeres las que cargarán con el peso del cuidado de los heridos y los deudos de los fallecidos de esta dictadura sobre sus espaldas. La crisis de cuidados es ya una realidad en el Perú y lo será aún más mientras Boluarte siga en palacio de gobierno.
Por eso son las mujeres las que salen a marchar por el futuro de sus hijos. Ellas son las demócratas que hoy están poniendo el cuerpo para construir ese futuro mejor, no solo para ellas, sino para todos y todas.
La señora Boluarte puede decir lo que quiera. Las mujeres demócratas del Perú estamos con Aída, con Guillermina, con Yaneth y las miles que hoy son el verdadero rostro de la agenda de las mujeres en Perú, un feminismo peruano que entiende que sin combatir la opresión de clase y de raza, no estamos hablando del Perú; un feminismo peruano que sabe que la paridad no sirve de nada, si todas las mujeres en puestos de poder responden a los mismos intereses económicos, a las mismas clases sociales y a los mismos apellidos compuestos; un feminismo peruano que entiende que en el Perú las mujeres son diversas y merecen todas, por igual, el derecho a decidir, a votar, a protestar y también a gobernar.
Luchar por la igualdad, supone exigir acabar con el racismo, el clasismo y el colonialismo que hoy Boluarte lidera con su coalición de gobierno.
Este 8 de marzo, ninguna mujer está con la dictadura; ninguna mujer está con Boluarte».


(Transcrito del Programa #ContraRelato del domingo 5 de marzo de 2023).
Traducción: @Andrés Chirinos
Revisión: Analucía Riveros

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Esta web funciona gracias a WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: