
Durante la misa central de medio año en honor al Divino Niño del Milagro Eucarístico de Ciudad Eten, el párroco Manuel Urías Vásquez Gonzales exhortó a los fieles a incrementar su fe y vivir en paz. “Si tuviéramos fe, el Señor volvería a repetir el milagro de Eten, se dejaría ver otra vez en la Hostia Consagrada, pero hay que responder creyendo, con fe. Si creemos, volveremos a ver la gloria de Dios”.


Al acto asistió la alcaldesa de Chiclayo, Janet Cubas Carranza, a quien públicamente el padre Manuel Urías le expresó el saludo de todos los creyentes en el Divino Niño del Milagro –llegados desde lejos, incluso en sillas de ruedas– y la exhortó a trabajar por retomar el orden que Chiclayo necesita pues el éxito de su gestión redundará en el desarrollo de todos los habitantes de la provincia.
En la celebración litúrgica oficiada en el atrio de la parroquia Santa María Magdalena, el sacerdote invocó unidad y perdón. “Dios no quiere esclavos sino amigos, Dios quiere hijos y el hijo obedece, sigue, escucha. Vivimos en una variedad de opiniones, cada uno responde desde su libertad, de acuerdo a lo que cree. A veces se abusa de la libertad que Dios nos da para seguir pecando y para que Dios nos siga bendiciendo nos hace falta la fe”, remarcó.


Posteriormente, tras visitar el Altar Mayor –invitada por la hermandad Santa María Magdalena y Divino Niño del Milagro — la burgomaestre chiclayana se comprometió a recuperar y reforzar la identidad chiclayana e hizo hincapié en el fervor religioso. “Hemos sido bendecidos por este milagro eucarístico que ha ocurrido en la provincia de Chiclayo y nuestro compromiso es sumarnos al reconocimiento de ciudad eucarística, que haría justicia a este acontecimiento en Ciudad Eten”.
En presencia del alcalde etenano Iván Reque Ñiquen, planteó la calendarización de reuniones de trabajo que permitan desarrollar acciones concretas conducentes a la tarea emprendida por la Diócesis de Chiclayo con el reconocimiento de ciudad eucarística y la construcción del primer santuario eucarístico del Perú.
Es importante señalar que Un milagro eucarístico, como el de Ciudad Eten (Perú), es un signo sobrenatural que resalta de manera singular la presencia de Dios. En este distrito peruano, en 1649, apareció en la hostia consagrada el Divino Niño del Milagro Eucarístico ante padres franciscanos el 2 de junio y 22 de julio. Los acontecimientos de esta visión milagrosa están perfectamente relatados y certificados por las autoridades eclesiásticas de aquellos años, todos los documentos originales se guardan en el archivo bibliográfico del Convento de San Francisco de Lima y el Archivo Nacional de Indias de Sevilla (España).
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