La región Lambayeque enfrenta una problemática latente: una infraestructura vial inadecuada. El deterioro de las vías, las constantes inundaciones y las pistas en mal estado dificultan una adecuada circulación, convirtiendo a la movilidad en uno de los principales desafíos para el desarrollo regional.

De acuerdo con la consultora Transis, recorrer 12 kilómetros en Chiclayo puede tomar hasta 23 minutos, es decir, tres veces más que en ciudades con infraestructura vial adecuada. Entre otros factores, esta situación responde directamente al mal estado de las calles. Transis sugiere que este deterioro encarece el transporte público y privado, y genera pérdidas cercanas a los S/500 millones al año por la congestión, los retrasos y los daños causados por baches e inundaciones.
El problema no se limita a las calles urbanas. Las carreteras departamentales –que conectan provincias dentro de una región– y las carreteras vecinales –que unen comunidades rurales, caseríos o predios dentro de un distrito– también muestran un fuerte rezago. Hoy, cerca del 70% de las vías departamentales y 98% de las vecinales siguen sin pavimentar. Esta falta de infraestructura encarece el transporte y el mantenimiento vehicular, alarga los tiempos de traslado y termina afectando la productividad regional.
“El deterioro de las calles, las carreteras sin pavimento y las pistas en mal estado afectan directamente la productividad y la competitividad regional. Las pérdidas económicas –estimadas en millones de soles cada año– muestran el impacto de la congestión y los constantes retrasos. Además, los costos empresariales aumentan: el transporte se encarece, el almacenamiento demanda más recursos y la distribución de bienes se vuelve menos eficiente debido a los mayores tiempos de traslado. Por ello, resulta necesario mejorar la gestión del gasto público y orientar las inversiones hacia el fortalecimiento de la infraestructura vial”, explicó Carlos León, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la Municipalidad Provincial de Chiclayo cuenta con 33 proyectos para mejorar pistas y veredas urbanas; sin embargo, el avance es mínimo: 25 de estos proyectos (76%) no han mostrado avance. Además, en la ejecución presupuestal asignada, solo se ha utilizado el 21%, cifra inferior al 23% registrado en 2024: esto se traduce en que solo dos de cada diez soles han sido destinados a estos proyectos. Entre las obras paralizadas destacan las intervenciones en la avenida El Ejército, la calle Sergio Bermejo Quiroga, y las vías Arequipa Norte, Francisco Cuneo, Manuel Arteaga y Jr. Puno, que suman más de S/13 millones en presupuesto aún sin ejecutar.
Esta baja eficiencia en la ejecución de obras ha deteriorado la confianza ciudadana. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), 8 de cada 10 lambayecanos (83%) desaprueban la gestión local, reflejando el creciente descontento frente a la falta de resultados visibles en infraestructura y servicios urbanos, así como la percepción de una administración que no responde a las necesidades prioritarias de la región.
“Cuando el presupuesto asignado no se convierte en obras concretas, se pierden oportunidades para generar empleo, dinamizar el comercio y mejorar la productividad regional. En nuestra región, esta ineficiencia no solo retrasa la modernización de la infraestructura, sino que también limita la capacidad del sector público para responder a las necesidades prioritarias y sostener el crecimiento económico”, concluyó.


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