Al 15 de diciembre último, la Región Lambayeque y otras cuatro regiones del Perú no han ejecutado cerca de mil millones de soles; lo que representa un impacto significativo en desarrollo regional no materializado. Ello se da por falta de gestión de la inversión; y en las municipalidades distritales por la incapacidad institucional para ejecutar inversión pública.

Así lo reveló el CPC Pedro A. Barboza Zelada, docente universitario investigador, doctor en gestión pública y gobernabilidad y especialista en la búsqueda y publicación de datos de este tipo, que afectan a toda la sociedad.
Lambayeque es la región con el mayor número en soles no ejecutado. Registra un presupuesto sin ejecución de 223.250,615 millones de soles (70.79%)
A esta región la siguen La Libertad, con 212,732,497 (73.50%) sin ejecución; Cusco, con 198,313,758 (80.43%), Lima, con 190,253,176 (74.13%) y Loreto, con 163,940,640 (84.65%). El total no ejecutado es de 988,490,690 soles.
CONCLUSIÓN TÉCNICA
Según Pedro Barboza, la inversión pública regional presenta una brecha estructural de ejecución del 28.6 %, concentrada principalmente en regiones con alto presupuesto pero débil capacidad operativa. Esto evidencia que el problema no es la asignación de recursos, sino la gestión de la inversión, especialmente en las fases de formulación, contratación y ejecución.
Problemas en la fase de ejecución: Retrasos en procesos de contratación pública (OSCE). Expedientes técnicos mal formulados o desactualizados. Ampliaciones de plazo y controversias contractuales.
Débil capacidad de gestión regional: Alta rotación de funcionarios clave (OPI, UF, UE). Falta de equipos técnicos especializados en inversión pública. Baja articulación entre áreas de planeamiento, presupuesto y logística.
Factores específicos por regiones (síntesis): Lambayeque y La Libertad:
Proyectos paralizados por problemas contractuales, arbitrajes y deficiente supervisión de obras.
Cusco: Alta cartera de proyectos complejos (transportes y saneamiento) con dificultades en liberación de terrenos y permisos.
Lima: Sobrecarga administrativa, fragmentación institucional y retrasos en obras metropolitanas de gran escala. Loreto: Limitaciones logísticas, geográficas y mayores costos operativos que ralentizan la ejecución física y financiera.

GOBIERNOS LOCALES
Y en cuanto a los gobiernos locales en Lambayeque, la Municipalidad distrital de Olmos tiene un nivel de afectación considerado como Muy alto: Lo no ejecutado suma 20,727,111 millones de soles (42.40%) La lectura técnica crítica señala: «Alta brecha entre recursos disponibles y capacidad de ejecución; riesgo de paralización estructural».
En tanto, la Municipalidad de Lambayeque registra 17,852,435 millones (24.52%); nivel considerado de Crítico, por su “ejecución extremadamente baja; evidencia fallas graves de gestión y planificación”.
También la Municipalidad del distrito de Mórrope. Lo no ejecutado llega a 10,599,757 millones (30.32%) y su nivel de afectación es Muy alto. «Débil control de proyectos y limitada capacidad operativa».
Desde un enfoque de gestión pública por resultados, estos niveles de inejecución reflejan fallas estructurales y sistémicas, más que hechos aislados.
1. Débil capacidad de gestión de inversiones: Las municipalidades con mayores montos no ejecutados (Olmos, Lambayeque y Mórrope) evidencian baja madurez institucional en formulación, programación y ejecución de proyectos. Esto se traduce en: Expedientes técnicos mal elaborados o desactualizados. Reiteradas observaciones técnicas. Proyectos sin saneamiento físico-legal
2. Deficiencias en la programación multianual (Invierte.pe): Existe una desarticulación entre el PIM aprobado y la capacidad real de ejecución, lo que confirma una programación presupuestal formalista, orientada a captar recursos y no a ejecutarlos eficientemente.
3. Problemas recurrentes en contrataciones públicas: Muchas inversiones quedan paralizadas o no inician por: Procesos de selección desiertos. Retrasos en bases y absolución de consultas. Incapacidad técnica del área usuaria. Temor a la firma por exceso de control posterior
4. Alta rotación y baja idoneidad del personal técnico: La constante rotación de gerentes de infraestructura, jefes de OPMI y unidades ejecutoras genera pérdida de continuidad técnica, afectando directamente la ejecución de proyectos.
5. Gestión reactiva y no preventiva: Las municipalidades con avances menores al 30% (Lambayeque y San José) muestran una gestión reactiva, donde los problemas se atienden cuando ya son críticos, sin mecanismos de seguimiento, alertas tempranas ni control concurrente interno.

LECTURA ACADÉMICA FINAL
Este cuadro evidencia que la problemática no es la falta de recursos, sino la incapacidad institucional para ejecutar inversión pública, confirmando lo señalado por la Contraloría: la baja ejecución presupuestal es un indicador de debilidad en planificación, control interno y gestión por resultados, con impacto directo en la calidad de vida de la población.


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