La región Lambayeque, a través de la Mg. Jesús León Ángeles, brilló en la 1ª Edición del Concurso Nacional de Crónicas Católicas “La misión del comunicador parroquial: una crónica con alma”, organizado por Comunicadores Decanato 10 y la Asociación de Comunicadores Católicos “Inspiración”. Su participación, bajo el seudónimo de “La niña del milagro”, fue una de las más destacadas a nivel nacional, junto a trabajos de Lima y Puno, con su crónica titulada “Cuando la vida es un prodigio”.
El jurado calificador — encabezado por el P. Alberto Scalenghe Aimaretti, de la Sociedad de San Pablo (SSP), párroco del Santuario Sagrado Corazón de Jesús, de Barranco, Lima– valoró en cada trabajo la autenticidad, estilo narrativo, contenido espiritual y reflexión evangelizadora, sin intervención de inteligencia artificial.
El anuncio de la premiación fue en el Santuario Sagrado Corazón de Jesús, luego de celebrarse la misa de clausura de la VII Semana del Comunicador Católico.
Al darse a conocer la elección del trabajo de Jesús León –de la parroquia Santa María Magdalena, de Ciudad Eten, Diócesis de Chiclayo—se destacó: “La obra nos lleva a un viaje de fe desde el nacimiento y cómo la vida misma es un don y un milagro constante guiado por la mano providente de Dios”.


Jesús León junto al Papa León XIV cuando era obispo de la Diócesis de Chiclayo. Santa María Magdalena es la patrona de Ciudad Eten, lugar donde la fe se mantiene viva y Jesús ayuda a cimentar como comunicadora.
Transcribimos el texto completo del trabajo ganador:
CUANDO LA VIDA ES UN PRODIGIO
“Las lágrimas y el dolor de mi madre acompañaron mi origen. Mis hermanos mayores José y Lourdes habían nacido por cesárea en Chiclayo. Mamá había perdido mucha sangre y en menos de un año ¡yo ya estaba en camino! Le dijeron que mi llegada peligraba, que debía trasladarse a Lima. Ella, con esa entrega ferviente al Señor, fue hasta la pequeña imagen del Niño del Milagro –ubicada en mi pueblo–, se arrodilló y le dijo: Sea hombre o mujer, se llamará como tú. Hoy, llevo el nombre de mi madre que también lo llevaba un papa. Le agregamos la promesa y mi primer apellido es el nombre de otro papa. Mi segundo apellido cierra mi regalo de vida.
A partir de entonces, mi vida fue consagrada a ese milagro divino ocurrido en 1649 en Ciudad Eten y que tanto promovió nuestro amado Papa León XIV, cuando fue obispo de la Diócesis de Chiclayo. Recuerdo que de pequeñita representaba en desfiles al niño Jesús con vestidito morado, mi cabello rizado natural y en la mano una hostia de cartón. Al comienzo no entendía por qué. Conforme fui creciendo me fascinó conocer más la historia del único milagro eucarístico del Perú.
Hice mi primera comunión en mi parroquia, en Eten. Me encantaba llegar los fines de semana a las clases de mi profesora Julia. Tras recibir el sacramento, ingresé al coro parroquial con el profesor Walter. ¡Qué hermosos momentos pasaba! Y amaba cantar “Jóvenes, Cristos jóvenes, necesita el mundo de hoy…”. Aprendí a conectar el corazón con disciplina –ensayábamos e íbamos a serenatas en ferias religiosas– y sentir la fe mediante el arte. El reto siguiente: catequista. En poco tiempo asumí la coordinación general de los tres ciclos de preparación a los que acudían los niños de cuarto, quinto y sexto grado. Madre Lily me inspiraba y exigía en mi formación. ¡Hubo un momento en que quise seguir la vida religiosa! Dios me tenía reservadas más tareas.
El próximo paso fue guiar un proyecto radial de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Me designaron como presidenta del club de radio y periodismo “Imagen”. Fue una experiencia de fe maravillosa. Activamos una radio a bocinas. Se colocaban en lo alto de la cruz de la fachada de mi parroquia. Difundíamos música y comentábamos diferentes temas. Nuestra juventud se puso al servicio de todos.
Se acercaba el fin de mis estudios secundarios. Aunque mi vocación fue ser arquitecta, mi maravillosa madre me predijo: “Hija, a ti te gusta la comunicación y la nueva universidad está promoviendo la carrera de Periodismo ¡Anímate y postula!” Así lo hice.
Durante mi etapa universitaria me desconecté un poco de mi parroquia. Pero mantuve conexión con niños como profesora de primer grado. Me apasionaba trabajar con niños, entender sus problemas, ayudarlos, darles consuelo. Recuerdo que uno de mis pequeños un día me regaló un anillo de corazón que venía en su dulce. Me dijo: “Para ti, profesora, porque te quiero mucho”. A ese pequeño a veces lo golpeaban en su casa. Fui a hablar con sus padres. Para él, eso fue bastante.
Trabajé diez años en un diario. Y, aunque no estaba en parroquia, en enero y julio era un compromiso escribir sobre el milagro de Eten y su celebración. Luego fui docente universitaria. A mis alumnos los animaba a realizar trabajos sobre la luz que me vio nacer: el Divino Niño del Milagro Eucarístico. Más tarde fui mamá y Dios me regaló fechas maravillosas para el nacimiento de mis hijos: 18 de octubre para Milagros (Día del Señor de los Milagros) y 28 de junio (un día antes del Día del Papa) para Fabián. ¡Soy una mamá bendecida!

El Papa León XIV siempre ha visitado el bendecido pueblo de Eten y esa fe es la que hoy alimenta a sus pobladores.
A partir del 2017 regresé a mi parroquia para apoyar a mi sacerdote en la oficina de Comunicaciones. Llevamos la sagrada imagen del Niño del Milagro a Trujillo y la bendijo el papa Francisco. Al año siguiente, nuestro entonces monseñor Robert Francis Prevost llevó 20,000 testimonios de fe al Vaticano, en torno a la aparición del Niño milagroso. ¡Tuvimos una maravillosa conexión de fe y hasta pude dictar cursos de marketing digital desde la Iglesia para los agentes pastorales de la Diócesis de Chiclayo!
Se debía difundir más el milagro de Eten. Desde la oficina que conducía –y de la mano de la Hermandad Santa María Magdalena y Divino Niño del Milagro Eucarístico, como secretaria de organización– produjimos el libro “Un milagro de fe”, una historieta, un video en idioma Muchick, conciertos virtuales en pandemia; organizamos el concurso “Encanta al Niño”; impulsamos los Sábados de Promesa, los Encuentros del Niño con los niños; visitas de la sagrada imagen a diferentes lugares del país, etc. ¡Un trabajo indesmayable, cuyo fruto fue alegrar miles de corazones!
Ya estábamos viviendo la era de la Inteligencia Artificial y ¡tenía que aprender un poco más y seguir sirviendo! Así, produje la crónica audiovisual “Historia de un milagro”. Ganó un concurso académico. El jurado eligió mi trabajo “por el buen manejo de fotografías, cuadros, maquetas, testimonios y recursos online para enriquecer la narración y la edición”. Se sumó a esto la “Agenda Milagro Eucarístico 2023”, realizada íntegramente en una plataforma de diseño gráfico en línea. Por ello, otro premio me esperaba, esta vez nacional. A él le siguió un premio internacional, también académico, en la categoría “Historias destacadas”. Me hizo volver al milagro de mi nacimiento.

Jesús constantemente atiende a grupos de escolares, universitarios o laicos interesados en conocer la historia del único Milagro Eucarístico del Perú.

FOTO DE PORTADA: Actualmente Jesús preside el grupo católico Milagro Eucarístico Perú 1649.
Mi guía espiritual me enseñó que debemos ser eucarísticos y marianos, nuestra Madre María fue el primer sagrario del Señor y debemos seguir inculcando el amor a la Eucaristía. Así lo anuncio en las charlas que dicto y entrevistas a diversos medios nacionales e internacionales.
En cada acción la manito de Jesús Niño me guía y sostiene. Ahora lo hago coordinando un grupo que difunde el milagro de Eten. Soy comunicadora católica, dirijo una web católica y aún me falta mucho por hacer. ¡La misión de fe nunca se acaba! ¿Te animas a acompañarme?”. (La niña del milagro)
NOTA DE REDACCIUÓN:
Esta información fue publicada el jueves 14 en el semanario Expresión, de Chiclayo, edición de su 32°aniversario, páginas 56-57, donde también se publicó la crónica premiada.



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