Niños de la sierra pintan al Niño Jesús inspirados en imagen aparecida hace 375 años en Ciudad Eten

Unos 200 niños vivieron un maravilloso encuentro espiritual esta Navidad: antes de recibir regalos y disfrutar su chocolatada, pintaron con amor diversas ilustraciones del Niño Jesús, inspiradas en la imagen aparecida hace 375 años en la hostia consagrada de Ciudad Eten. Este emotivo evento se realizó en Pamaca, uno de los 38 caseríos del distrito de Kañaris (Ferreñafe), región Lambayeque.

“Las caricaturas las mandó confeccionar el hermano Jorge Centurión Centurión, y siempre llevamos fotocopias de los cuatro modelos en blanco y negro a los lugares que visitamos para hablar del milagro eucarístico de Ciudad Eten, Chiclayo. Nuestra misión es que desde pequeños amen la imagen del Niño Jesús, y ¡qué mejor que pintarlo!”, explicó Jesús León Ángeles, coordinadora del grupo católico Milagro Eucarístico Perú 1649.

Esta actividad marcó el inicio de una jornada de solidaridad, unidad y entrega. La organización comenzó en abril, cuando la asociación peruana Aypukun —que lleva a cabo el proyecto “Navidad de los niños en la sierra”— contactó al grupo católico para seleccionar un lugar olvidado al que llevar apoyo. La Institución Educativa N.º 10073 «Virgen de Fátima» fue propuesta de inmediato. Jesús Susana Olivos Quesquén, maestra e integrante del grupo católico, se convirtió en el nexo principal, enviando videos de la ruta y acceso desde Chiclayo, listas de alumnos, tallas para las botas y casacas, entre otros detalles logísticos necesarios para concretar esta labor.

“Sabíamos que habría competencia sana con otras zonas para recibir apoyo, y mi director, Florencio Huamán Rinza, me dio todas las facilidades para cumplir con lo que Aypukun solicitaba. Mientras tanto, nuestro grupo católico inició una cadena de oración, entregando este proyecto de servicio a Dios. Pasaron los meses y, sinceramente, llegué a pensar que no habíamos logrado nada”, confesó la maestra Olivos.

Para julio ya se vislumbraba que Pamaca sería el lugar elegido, y en noviembre, las representantes de Aypukun, Ana Concuera y Zinnia Respaldiza, anunciaron emocionadas que generosos corazones habían contribuido a reunir frazadas, canastas, botas, regalos y bloqueadores para los más de 200 niños. Ana Concuera destacó la importancia de la colaboración: “En cada misión siempre conocemos a grandes personas que forman parte del proyecto, y sin esa ayuda no podríamos cumplir con la meta. Es maravilloso cómo Dios pone en nuestro camino a quienes comparten el mismo sueño de llevar esperanza y alegría”.

Este esfuerzo demostró cómo lo espiritual y lo material pueden unirse para dar frutos abundantes. Este encuentro fortaleció la fe de los participantes y sembró en los niños la semilla del amor a Cristo Eucaristía.

La jornada culminó con una gran chocolatada, donde los rostros emocionados de los niños al recibir sus regalos fueron la mayor recompensa para todos los involucrados. “Esto no habría sido posible sin el trabajo en equipo y la colaboración de tantas personas comprometidas. Cada esfuerzo, por pequeño que parezca, contribuyó a hacer realidad este sueño”, concluyó Zinnia Respaldiza, agradeciendo a todos los que participaron en esta noble causa.

En esta Navidad, el mensaje fue claro: la unidad y el amor al prójimo siempre dan frutos, llevando esperanza a los corazones más necesitados.